De un tiempo a esta parte, cada vez son más frecuentes los intentos revisionistas del papel de la mujer en el cómic desde la óptica de un feminismo retroactivo, digamos, no del todo certera. La ilustradora, dibujante y periodista argentina, Ana Von Rebeur, en su artículo "Las mujeres que están dibujadas", comenta:
Aunque en la vida real a las mujeres se les dificulte alcanzar algún tipo de protagonismo, ellas siempre fueron las estrellas en variadas aventuras de papel. Las mujeres dibujadas llenaron kilómetros de papel en la historia del cómic y la historieta, reflejando la situación de la mujer en cada época. En un principio, representaban la esencia de la femineidad más pura . La vulnerabilidad lacrimógena de Annie la Huerfanita, los mohines aniñados junto al nada inocente portaligas de Betty Boop, los tacos aguja de Barbarella y la cintura de avispa de la Mujer Maravilla plasmaron en papel lo que los hombres querían ver en las mujeres de cada época, sin descuidar el ojo atento de las lectoras que buscaban en las tiras cuál era el último grito de la moda.